En 1911 ocurrió un hecho importante que marcaría su carrera y su particular forma de expresarse en el lienzo, ya que recibió una beca para viajar a Francia en donde perfeccionó sus conocimientos en el taller de Desiré Lucas, y recibió las influencias de dos grandes artistas del momento: Carriere y Odilon Redon.
Luego de pasar siete años en París, en 1918 vuelve a la Argentina y se instala en la Boca, residiendo por más de treinta y cinco años.
Los expertos dicen: “Victorica es un hito fundamental en el proceso de modernización del arte argentino. Su pintura fue única por sus características de ajustado refinamiento. La figura adquiere en su obra la profundidad del análisis, sus paisajes registran la esencialidad, y a través de composiciones de amplio espectro temático, reflejo. El buen gusto que no abunda en nuestro arte, también caracterizó su obra”.
“Tanto cuando aborda un modelo ya de por sí refinado como suelen ser sus desnudos, como cuando enfrenta un típico personaje del humilde barrio que asumió como propio. Los pinceles de Victorica siempre fueron austeros a la hora de administrar los pigmentos”.
Este artista argentino se destacó exhibiendo sus obras en gran cantidad de muestras grupales e individuales, comenzando en 1931 en la Asociación Amigos del Arte.
También recibió por sus obras gran cantidad de galardones entre los que podemos destacar: el primer premio del Salón Nacional en 1932 y el gran premio de honor conquistado en 1941 con “La cocina Bohemia”, obra que se encuentra en exhibición permanente en el Museo Nacional de Bellas Artes. En 1937 obtuvo medalla de plata en la Exposición Internacional de París. En 1947 fue invitado a participar en la primera edición del premio Palanza y fue integrante de la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1952 integró el envío argentino a la Bienal de Venecia.
Miguel Carlos Victorica falleció, hace 50 años, en Buenos Aires el 9 de febrero de 1955. Su legado se lo puede ver en grandes museos argentinos, como el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires o el Museo Sivori, en donde se pueden disfrutar las siguientes obras: “Mi tía Catalina”, “Balcón”, Autorretrato”, “Cocina Bohemia”, “Naturaleza Muerta”, “Navidad” y “Francine”, entre otras grandes obras del autor. Ø