Humor • Marzo 2019

La furia española
Un alemán, un francés y un español comparten un avión. Están sobrevolando Alemania, y el alemán dice:
-Yo por mi país tiro un libro.
Se tira en paracaídas y cuando llega abajo ve a un niño llorando.
-Niño, ¿qué te pasa?
-Me ha caído un libro encimaaa...

Están sobrevolando Francia y el francés dice:
-Yo por mi país tiro un queso.
Se tira en paracaídas, llega abajo y hay una niña llorando.
-Niña ¿qué te pasa?
-Me ha caído un queso encimaaa...

Están sobrevolando España y el español dice:
-Yo por mi país tiro una bomba.
Se tira en paracaídas y cuando llega abajo ve a un niño riéndose a carcajadas.
-Niño ¿qué te pasa?
-¡Que me he tirado un peo y ha explotao mi casaaah!

Fidel en el cielo y el infierno
Fidel muere y llega al cielo pero no estaba en la lista, así que San Pedro lo manda al infierno. Cuando llega al infierno Satanás lo recibe y le dice:
-¡Hola, Fidel! te estaba esperando, pasá que acá estarás como en casa.
Fidel le responde:
-Gracias, Satanás, pero estuve primero en el cielo y dejé olvidadas mis maletas allá.
-No te preocupes, voy a enviar a dos diablitos a recoger tus cosas.
Así es como dos diablitos llegan a las puertas del cielo, pero las encuentran cerradas porque San Pedro estaba almorzando.
- No importa, le dice un diablito al otro, trepamos la puerta y sacamos las maletas sin molestar a nadie. Empiezan a subir la puerta cuando dos angelitos que pasaban por allí los ven, y un angelito le dice al otro:
- ¡No hace ni diez minutos que Fidel está en el infierno y ya tenemos refugiados!

Deseos, nada más

-¿Qué vas a hacer en las vacaciones?
- Tengo ganas de ir a Europa, como el año pasado.
- Ah, ¿fuiste a Europa el año pasado?
- No, también tenía ganas.

De abogados

-¿Y cuánto cobra usted por una consulta rápida?
-Cien dólares por tres preguntas.
- ¿No es un poco caro?
- Sí. ¿Cuál es su tercera pregunta?

Un abogado de New York que estaba cazando en el área rural de Tennessee disparó y mató un pato, cuyo cuerpo cayó dentro de un campo cercado. El abogado saltó el alambrado para buscar el pato. Un viejo granjero lo vio y lo encaró:
- ¿Qué está haciendo?
- Le he disparado a un pato que cayó en este campo y estoy yendo a buscarlo.
- ¡Un momento! Esta es mi propiedad y usted no puede entrar en ella sin permiso.
- Mire, señor, yo soy uno de los mejores abogados litigantes de los Estados Unidos y si usted no me deja entrar a buscar mi pato, lo llevaré a juicio y le sacaré todo lo que posee.
Sonriendo, el granjero le dijo:
- Por lo visto, usted no sabe que en Tennessee resolvemos estas pequeñas disputas con la “regla de las tres patadas”...
- ¿Y cómo es esa regla?
- Bueno, como la disputa ocurre en mi tierra, yo lo pateo a usted tres veces. Luego usted me patea a mí tres veces y así sucesivamente hasta que uno de los dos le da la razón al otro.
Como el granjero era viejo, el abogado aceptó.
El viejo granjero se bajó lentamente de su tractor y caminó hacia el letrado. Su primera patada clavó la punta de acero de su pesada bota de trabajo en la ingle del abogado y lo hizo doblar sobre sus rodillas.
Su segunda patada en el estómago le hizo vomitar su última comida.
Cuando el abogado estaba en posición de cuatro patas, el granjero le acertó su tercera patada en el trasero, logrando que su cara se enterrase en una montaña de bosta fresca.
El abogado juntó las pocas fuerzas que tenía, tratando de rearmarse para darle la mayor energía posible a sus piernas.
Secándose su cara con la manga de su camisa, dijo:
- Muy bien, ahora es mi turno.
- Cedo. Puede usted recoger su pato.

Solución rápida y barata
Un tipo va al siquiatra.
- Doctor, estoy con un problema: toda vez que estoy en la cama, creo que hay alguien debajo... Entonces me voy debajo de la cama y creo que hay alguien encima. Para bajo, para arriba, para bajo, para arriba... ¡Me estoy volviendo loco!
- Venga tres veces por semana durante unos meses, y yo le curo de ese problema.
- Y ¿cuánto cobra? 
- $200 por sesión- responde el siquiatra.
- Lo voy a pensar– responde el tipo.
Pasados seis meses, ellos se encuentran en la calle.
- ¿Por qué no me llamó? - preguntó el siquiatra.
- ¿A $200 la consulta? Un tipo del bar a quien le conté mi problema me curó por $50 y una copa de vino.
- ¿Ah? ¿Y cómo hizo? - preguntó el siquiatra. 
- Vino a casa y me cortó las patas de la cama.

De Animales

-¿Por qué las vacas no pueden comer vidrios?
-Porque se les corta la leche.

-¿Qué hay que darle a un elefante con diarrea?
-Espacio, mucho espacio.

Dos vacas hablando:
-Oye, ¿Has oído el rumor ese de que estamos locas?
¿Y a mí qué me contás? ¡Yo soy un perro! ¤