¿MALENTENDIDO?
Ring, ring...
- ¿Hola?
- ¡Doctor, doctor, mi mujer está a punto de dar a luz!
- ¿Es su primer hijo?
- ¡No, soy su marido!
PEDAZO DE CARNE
- Mi novia me trata como si yo fuera un pedazo de carne.
- ¡Qué bien! ¿Y cuál es el problema?
- Que ella es vegetariana.
NAPOLEÓN
- A ver, Jaimito, ¿qué me dices de la muerte de Napoleón?
- Que lo siento mucho, señorita....
¡POR DIOS!
Una vez Jaimito se puso a vender huevos dentro de una iglesia:
- ¡Huevos, huevos, a 40 pesos la docena!
El cura, muy molesto, grita:
- ¡Saquen a ese niño de los huevos!
Y Jaimito, asustado, le dice:
- Padre, ¡mejor sáquenme de la oreja!
¡ERA TAN, TAN...!
-Y era un príncipe tan feo, tan feo, tan feo, que la Cenicienta se fue a las 11 y media...
-Y era un tipo tan negativo que una vez se desmayó y en lugar de volver en sí volvió en no...
DE CUENTO
Un hombre va todo hecho polvo al médico, quien le pregunta la causa de su estado:
- Pues verá, estaba yo tan contento cuando de pronto vino la bicicleta y me atropelló...
- ¡Ah! Ya comprendo...
- No, no, si ahí no acaba la cosa: me estoy todavía levantando, y de pronto un colectivo me sacude otro golpe... y ahí no acaba la cosa, me levanto y un avión en vuelo rasante me arrea con toda el ala en el colodrillo, y cuando me iba recuperando viene un transatlántico y me da de lleno con la quilla.
- Usted perdone, pero lo de la bici me lo creo, lo del colectivo, vaya y pase, pero lo del avión y el transatlántico, ya me parece un poco de cuento.
- ¡Sí, cuento...! ¡Y si no paran la calesita, me machacan la vaca, el cerdo, la carroza y la nave espacial!
UN GRAN CORAZÓN
Muere un eminente cardiólogo y sus amigos y familiares deciden hacerle un grandioso y pomposo funeral.
En medio de la iglesia, detrás del ataúd, se encontraba un gigantesco corazón, todo cubierto de flores.
Terminado el servicio fúnebre, el corazón se abre en dos y el ataúd, al son de una hermosa música, se desliza suavemente dentro del corazón.
Una vez adentro, las dos mitades se juntan y el ataúd desaparece de la vista de los presentes, encerrado para toda la eternidad en el hermoso corazón.
Entre los sollozos y los murmullos de los presentes, de pronto, se oye la risa de uno de los amigos del difunto. Todo el mundo se da vuelta para mirarlo y el señor se disculpa diciendo:
- Lo siento mucho, estaba pensando en mi propio funeral. ¡Es que soy una eminencia en ginecología! ©