¡Ni en el cielo!
Después de una larga enfermedad, una mujer muere y llega a las puertas del cielo.
Mientras espera por San Pedro, ella ve a través de las rejas a sus padres, amigos y todos los que habían partido antes que ella, sentados a una mesa, apreciando un banquete maravilloso.
Cuando San Pedro llega, ella le comenta:
- ¡Qué lugar tan lindo! ¿Cómo hago para entrar?
- Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez, entras; si te equivocas, vas directo al infierno, respondió San Pedro.
- Y ¿cuál es la palabra?
- AMOR.
Ella la deletreó correctamente y pasó por los portones. Un par de años después, San Pedro le pidió que vigilase los portones por ese día. Para su sorpresa, aparece el que fue su marido.
- ¡Hola, qué sorpresa! - dice ella. ¿Cómo estás?
- Pues, he estado muy bien desde que falleciste... Me casé con aquella bella enfermera que te cuidó, gané la lotería y me hice millonario. Entonces vendí la casa donde vivíamos y compré una mansión en el barrio que siempre te gustó. Viajé con mi nueva esposa por Europa, Asia y Oceanía. Estábamos de vacaciones en los Alpes justamente cuando decidí esquiar. Me caí, el esquí me cayó en la cabeza y aquí estoy. ¿Cómo hago para entrar, querida?
- Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreás correctamente la primera vez, podés entrar, si no, vas directo al infierno, respondió ella.
- OK, ¿cuál es la palabra?
-¡SCHWARZENEGGER!
Moraleja: ¡Ni muerto le podés decir toda la verdad a tu mujer, pues corrés el riesgo de vivir en un infierno el resto de tu existencia!
Último deseo
Paco era un gallego que tenía un gran amigo argentino, que se llamaba Juan.
En un viaje que hiciera Paco a su tierra natal, sufrió un infarto y murió. Juan se entera y decide tomar un avión e ir al funeral de su amigo en Galicia.
Al llegar al lugar donde estaban velando al muerto, Juan nota que junto al cajón se encuentra un tarro enorme lleno de crema facial y lo más curioso es que los dolientes, luego de darle el pésame a la madre de Paco, introducían la mano dentro del pote y luego procedían a embarrar al difunto.
Juan, por respeto, decide hacer lo mismo, pero fue tanta su curiosidad que se acerca cuidadosamente a la madre del difunto, y en voz baja le pregunta:
- ¿Por qué los deudos le están untando crema a Paco? ¿Fue por alguna petición especial o es una tradición acá en Galicia?
La anciana le da una mirada de consternación y le contesta:
-Qué, ¿Ud. no sabía que Paco pidió que lo cremasen?
Moraleja: ¡Sea claro y preciso al dejar instrucciones!
Muy Caballero
Un conocido lord inglés reunía a sus amistades a tomar el té a una hora exacta todos los martes de cada semana en su palacio de Londres. Cierto martes, el puntualísimo caballero no apareció y los invitados estaban intrigados.
En cierto momento aparece el mayordomo y les dice a los presentes, con típico acento británico:
- Señores, el Señor les pide disculpas por la demora y les anuncia que después de mucho tiempo, se ha reencontrado con su vieja y querida amiga Lulú, de París. Dice que si puede, dentro de dos horas estará con ustedes, y si no puede... Sólo dentro de diez minutos. Muchas gracias.
Moraleja: Cuando tenga que dar una excusa ¡que sea con elegancia! ©