La Otra América: 48 Millones de estadounidenses viven en la Pobreza

pobrezaEn el libro “La otra América: Pobreza en Estados Unidos” (1962), su autor, Michael Harrington,  decía que “en una sociedad tan afluente como la norteamericana, la pobreza es un pecado. La clase adinerada hace crecer sus riquezas en forma rápida, mientras que las clases media y baja permanecen iguales o peor”.

Esta tendencia se ha mantenido durante las tres últimas décadas (con gobiernos republicanos y demócratas), donde el 10 % de los más ricos continúan ganando el 50 % del ingreso del país, según datos de los últimos censos demográficos.
Hace 50 años comenzó en Estados Unidos el debate político para combatir la pobreza. El entonces Presidente Lyndon B. Johnson, en 1969 declaraba “la guerra incondicional a la pobreza” prometiendo a cada ciudadano oportunidades justas para desarrollar sus propias habilidades.
Hace semanas, el Presidente Barack H. Obama en su discurso (State of the Union) prometió mejorar las condiciones económicas que impulsarán una verdadera movilidad socio-económica con el propósito de que la clase trabajadora (la más pobre) trascienda el sueño americano de la clase media. El Presidente Obama enfrenta los remanentes de aquel fallido intento del Presidente Johnson.

En estos últimos 50 años se han destinado 20 trillones de dólares para combatir la pobreza y de acuerdo con los datos oficiales del Censo 2010 “el 15 % de la población de Estados Unidos aún vive en la pobreza”, situación que no ha cambiado desde 1960.  Estas cifras indican que “las zonas más pobres de Estados Unidos constituyen per se un tercer mundo que coexiste con el primer mundo” dentro de la única superpotencia del mundo desarrollado.

El fracaso de la guerra a la pobreza promulgada por el Presidente Johnson se debió a la urgencia de tener que saldar los costos de otra guerra... la de Vietnam, cuyas circunstancias se tornaban cada vez más desfavorables y sus promesas fueron marginadas, decisión equivocada que a largo plazo incrementó el índice de la pobreza en el país. Actualmente, 48 millones de norteamericanos viven en la pobreza, de acuerdo con datos oficiales.
“La pobreza no es una enfermedad rara de la cual seamos inmunes o estemos exentos de caer en ella, sino que es una consecuencia directa de la inseguridad económica”, dijo el Jefe del Comité de Presupuestos, el diputado por el estado de Wisconsin Paul Ryan, para quien, la pobreza “no es una privación de, sino un abandono que aleja a las familias de la clase media”.
Recordemos que el ser humano es concebido como el mayor recurso natural, dotado del genio de la racionalidad y voluntad para crear, producir, multiplicar y mejorar todos los aspectos que afectan su vida. Aunque parezca filosófico o quizá quimérico, en cada uno de nosotros radica el motor que generará el accionar de nuestras vidas y a nuestro alrededor habrá oportunidades como la movilidad social, la cual impactará nuestro horizonte social, económico y cultural.
En la actualidad, el gobierno federal tiene más de 80 programas de asistencia social (welfare) conocidos como Programas Suplementarios de Asistencia Nutricional (SNAP), los que proveen “dinero, alimentos, vivienda y seguros de salud Medical y Medicaid destinados para los más pobres y con bajos ingresos”. En el 2012  estos programas costaron al gobierno federal 916 billones de dólares, y beneficiaron a más de 100 millones de personas con un costo promedio de 9 mil dólares por cada una.
El gobierno debería exigir a todo el que reciba ayuda social, a “prepararse para trabajar” como una condición sine qua non para percibir tal subsidio, el cual terminaría a largo plazo. El gobierno debe avanzar la causa para combatir la pobreza con políticas de inversión realistas, cuyo resultado beneficie tanto a la persona recipiente de la ayuda como a la sociedad misma. Invertir en la salud, la educación y sustentar oportunidades para un trabajo continuo facilitará que una persona pueda recorrer la escalera del éxito económico.
En las últimas elecciones presidenciales se constató que el voto femenino favoreció la re-elección del Presidente Obama. En este país, el gobierno depende del voto de la mujer, porque ella sabe que si necesita ayuda, la recibirá de su gobierno. En el país existe un elevado porcentaje de niños en hogares de madres solteras, quienes necesitan ayuda económica para consolidar la efectividad del padre “ausente”.

La mujer –soltera, divorciada, separada o casada- conforma el 50% de la fuerza laboral y recibe 0.77 centavos por dólar en comparación con el salario del hombre y esto es un factor que contribuye a la desigualdad económica y substrato de la pobreza.

La política de comprar el voto popular es revestido con las promesas de mejorar el standard de vida de esa persona, cuando  en realidad “el gobierno  está creando una clase social dependiente económicamente de sus programas o incentivos”, agregando más empleados estatales al frente de dichos programas de ayuda social, los cuales no terminan nunca de acabar con la pobreza.
La mayoría de los estados que promueven estos programas se les conoce como “nani states”. California es uno de ellos.
Estas son las promesas (falsas) de la utopía socialista, con su ferviente mantra de que “todo debe ser controlado por el gobierno para el beneficio del pueblo”.
El ser humano nace libre y con la habilidad de hacer sus propias decisiones, independientemente del plan del gobierno de turno.
En Argentina se han implementado programas similares para el grupo demográfico conocido como “NiNi” (ni estudian, ni trabajan), con el objetivo de incentivar a la juventud para reducir la ignorancia y preparar de por vida a estos jóvenes para su posterior inclusión en la fuerza laboral y de ahí su apuntalamiento para su éxito futuro basado en el aprendizaje personal, en su crecimiento educativo y económico y no en la perpetuidad de la dádiva mensual del gobierno. Esta dependencia termina por generar un espíritu de conformidad mediocre y no el espíritu de un luchador, que se va realizando a través de su propio desarrollo individual.
Que estas inversiones del gobierno para combatir la pobreza tengan un fin educativo (no a la vagancia y no a vivir de los demás) para que ese gasto (o inversión) configure un tope en el gasto posterior, garantizándoles la inserción en el campo laboral. Este concepto mejorará no sólo las aptitudes de la persona, sino su competitividad en el mundo económico para su seguridad y la de su familia.
Factores que contribuyen a la Pobreza:
-Falta de educación (secundaria, técnica y universitaria).
-Falta de empleo.
-Revolución tecnológica: Aunque la tecnología es la fuente principal para elevar el standard de vida, también constituyó últimamente un factor determinante en la fuerza del mercado pronunciando la desigualdad económica. La internet benefició con altas posiciones con abundantes ingresos en pocos y exclusivos puestos de trabajo a la gente que estaba técnicamente capacitada, quienes eran una minoría. Por ejemplo, el e-Commerce eliminó puestos y posiciones de trabajo en las librerías, por ejemplo, mientras que las reservas de boletos en línea reemplazó el trabajo de miles de empleados de las agencias de viajes.
Es decir que, la tecnología ha reemplazado el trabajo manual con máquinas y los trabajos que su implementación ha generado han sido absorbidos por aquellos trabajadores con mayores aptitudes y “skills”. Al respecto, los expertos argumentan que la desigualdad “per se” obstruye  el crecimiento y la movilidad social, ya que las habilidades de cada uno son más importantes para progresar económicamente y su carencia obstaculizaría la movilidad socio-económica, convirtiéndose en impedimentos para el progreso para quienes no las poseen y que en este caso, el dinero no sería el factor clave de la pobreza.
Como salir de la Pobreza:
Deberíamos practicar los principios básicos que rompen el ciclo de la pobreza y conducen al éxito económico:
Educarse (la educación es un proceso dinámico, permanente).
Trabajar (en forma continua y estable).
Contribuir al desarrollo económico de la comunidad.
Con madurez y responsabilidad, formar una familia, tener hijos y educarlos con estos principios básicos.
Una buena vida no debe ser nunca el regalo del gobierno, sino el resultado de nuestro trabajo, arduo, competitivo y continuo. Debemos estimular una cultura hacia la educación y el trabajo como medios básicos de la superación. Traigamos hijos al mundo cuando estemos realmente preparados (emocional y materialmente) para cuidar de ellos, porque son las verdaderas víctimas de la pobreza. Y eso es injusto.
Durante los últimos 50 años, el pueblo norteamericano trabajó y produjo los 20 trillones de dólares que los diferentes gobiernos federales han venido usando para subsidiar la crisis de la pobreza. Y para combatirla realmente  es fundamental que el gobierno acelere el crecimiento de la economía para generar trabajos, para preservar y mejorar los niveles de la educación, la salud y las condiciones favorables para una movilidad socio-económica. El crecimiento económico está basado en la inversión (una nueva fábrica, una nueva tienda, un nuevo software, etc.) donde nuevos trabajos son creados. Para el éxito de esta línea de pensamiento para promover el crecimiento económico, se necesitan elementos contributivos básicos para que la sustenten:
Estabilidad Fiscal (un gobierno con credibilidad financiera).
Reforma de Impuestos (menos impuestos para favorecer el crecimiento económico y generar más trabajos.
Expansión del Comercio Exterior (favorecer la exportación).
Reforma de Inmigración (Legalizar a los 11 millones de indocumentados que viven en el país. Atraer la inmigración calificada con incentivos de visas para los trabajadores en la agricultura. La inmigración aumentará el crecimiento económico, contribuirá a reducir el déficit y aportará una diversa riqueza cultural).
La creciente disparidad de la desigualdad económica oscila entre los que reciben un mayor ingreso y constituyen el 10 % de la población y los que reciben un ingreso menor y su creciente dificultad para mejorar sus trabajos, lo que les obstruye la movilidad económica para ingresar a la clase media. Esta tendencia es lenta y difícil de revertir, lo que contribuye a perpetuar el ciclo de la pobreza mostrándonos  diferentes rostros. Son esas mujeres y esos hombres que madrugan cada día para ir a trabajar para ganar un salario mínimo (de $7.50  la hora), el que no alcanza para alimentar a su familia. Este es el rostro triste de la gente desempleada. Los niños nacidos en el seno de estas familias (con bajos ingresos y recursos) son los más afectados para poder avanzar. Y esto es injusto.
La Pobreza en Estados Unidos
El Censo Demográfico define a la pobreza en una familia de acuerdo con el nivel de sus ingresos. En este país la pobreza actual tiene poca similitud con la pobreza de hace 50 años. De acuerdo con estos datos oficiales y estudios de agencias federales, el perfil típico del standard de vida de un norteamericano que vive por debajo del nivel de pobreza en el año 2013, “vive en una casa o un departamento equipado con aire acondicionado y cable TV, posee un auto, TV color y DVD player; más de la mitad de estos “pobres” tienen una computadora y una tercera parte tiene “wide, flat-screen TV. Esta mayoría de “pobres norteamericanos” no están  malnutridos y no sufren de hambre y constituyen (paradójicamente) un abultado porcentaje en los niveles de obesidad.  Paralelamente, existe un alto índice de personas indigentes (homeless) que se hospedan noche a noche en las playas, en los umbrales de negocios, debajo de los puentes y esta descripción nos conmueve por el contraste viviente de la realidad económica del país, un submundo dentro del Primer Mundo desarrollado.
Hasta la actualidad, las causas de la pobreza no han disminuido; al contrario, se han expandido, la estructura familiar comenzó a desintegrarse y la participación del hombre en la fuerza laboral disminuyó. Es así que, un gran segmento de la población norteamericana es más dependiente de la ayuda del gobierno ahora que en el año 1964. El colapso del matrimonio en comunidades con bajos ingresos ha jugado un rol determinante en la capacidad de la auto-suficiencia. En 1963 sólo un 6% de niños norteamericanos eran hijos de madres solteras. En el 2014 aquel número ha aumentado al 41%  lo que rebela que la ayuda económica también ha aumentado para suplir las necesidades básicas de ese grupo. Lamentablemente, estudios y análisis  de The Heritage  Foundation indican que “los niños nacidos y criados en hogares de madres solteras son 4 veces más propensos a vivir en la pobreza que los niños nacidos y criados en el seno de un matrimonio del mismo nivel cultural”.
Un bajo nivel de trabajo significa un bajo nivel de ingresos y un alto nivel de dependencia.
La Pobreza y los Líderes de Opinión
Papa Francisco: En un documento moral (Evangelii Gaudium) sobre el destino universal de las riquezas y su distribución equitativa, el Papa expresó: “el planeta Tierra pertenece a toda la humanidad. El hecho de que algunas personas hayan nacido en lugares con pocos recursos o estén menos desarrollados no justifica para que ellos vivan con menos dignidad”.
Arzobispo de Los Angeles, José H. Gómez: “Estamos comprometidos a trabajar por una economía donde las riquezas de la Creación son ampliamente compartidas y cada uno tiene lo que necesita para desarrollar y conducir su vida en una forma digna”
Presidente Barack H. Obama: “La pobreza es el mayor reto de nuestros tiempos. Yo me comprometo a ayudar a los más pobres y a la clase media a reconquistar el sueño americano”. (El presidente ha propuesto aumentar el salario mínimo a $10.10 la hora de trabajo y expandir el acceso a la educación, a los seguros de salud y robustecer a la clase pobre y media del país).
Paul Ryan, congresista por el estado de Wisconsin: “La condición de tu nacimiento no determina el resultado de tu vida. Esta es la idea central de la movilidad social en Estados Unidos”.
Presidente Abraham Lincoln (1862) “El objetivo principal del gobierno de Estados Unidos es el de ofrecer a todos un comienzo sin impedimentos, un mercado laboral que considere el talento y la preparación y no la raza, el género o las conexiones familiares. Donde haya igualdad de oportunidades, la que no sólo depende de las leyes del mercado de la sociedad civil, sino que el gobierno ejerza cierta responsabilidad para crear las condiciones de esa igualdad de oportunidades, la que no es una condición natural, sino una creación social. Que cada uno se eduque mientras se desarrolla y así fortalecerá sus valores y principios ético-morales los que hacen posible que un joven enfrente las dificultades inevitables y sepa cómo salir de ellas, en el curso de su vida”.
Bill y Melinda Gates: “La ayuda a los pobres es una inversión fenomenal que está transformando sus vidas. El mundo está mejor ahora que hace 25 años. La extrema pobreza mundial ha sido reducida a la mitad. La mortalidad infantil ha disminuido y muchos países que sólo tenían la ayuda internacional de las Naciones Unidas, ahora son países autosuficientes. La ayuda para mejorar la salud y la educación posibilita a largo plazo a un trabajador las mayores y mejores oportunidades de progreso. Todos tenemos la oportunidad de crear un mundo mejor donde la pobreza sea la excepción y no la regla”.
Yo creo fehacientemente que la desigualdad social yace en la desigualdad económica. Hay mecanismos para comenzar a revertir esta tendencia y nada mejor que comenzar con buenos programas de salud, educación y oportunidades laborales  para todos, para lo cual se debería implementar una política de igualdad, ofreciendo a los pobres y la clase media la igualdad en oportunidades y el mismo servicio, tanto en el cuidado de la salud  (en los mismos hospitales, con los mismos médicos y los mismos aranceles) como en la educación y en el trabajo, donde  el mismo respeto y la consideración que reciben los más afluentes sea algo común para todos, por igual. Y que ninguna acción bélica vaya a ser el motivo para diversificar los fondos para combatir la pobreza del país. La verdadera caridad empieza por casa.
Datos Anexos:
Actualmente, la población mundial alcanza los 7.1 billones.  Hay 870 millones que viven en la pobreza, de los cuales 852 millones viven en los países en desarrollo. Es decir que, 1 de cada 8 personas sufre de hambre en este mundo, de acuerdo con los datos de La Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas  (U.N.F.A.O.).
La pobreza se define como “la falta de recursos y la distribución del ingreso en una forma  desigual”. “El funcionamiento del sistema económico y político que controla los recursos y los ingresos monetarios conjuntamente con el poder militar, político y económico termina favoreciendo a una minoría- la que vive bien- mientras el resto apenas sobrevive”, según datos de la agencia de Poverty Facts  and Statistics de las Naciones Unidas, 2013. ¤

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