Grandes Orquestas de Ayer, de Hoy y de Siempre
Uno de los creadores del tango de vanguardia, pero que respetaba los lineamientos sostenidos por el autor, sin desvirtuarlos, fue Horacio Salgán. Ese es su gran aporte; no solo creó un estilo, sino que también supo recrear antiguos temas. Nació un 15 de junio de 1916. A los catorce años se lo vió tocando el piano, instrumento que fue siempre su pasión, en el cine Universal del barrio de Villa del Parque.
Recibió, como ha reconocido, la influencia de los De Caro, considerando que Francisco fue el gran pianista del cual, se puede decir que, todos eran hijos. Pero también recibió influjos de Roberto Firpo.
Estudió con Vicente Scaramuzza, con León Spivak y con Alejandro Brodsky allá por el año 1939.
Luego de alternar en algunos conjuntos formó su primera orquesta en 1944. Según él, no le importaba ser director, sino tocar a su manera, necesidad que lo llevaba a hacer lo mismo cuando componía.
Si bien su orquesta fue valorada por sus colegas, el público en cambio la recibió más o menos.
Era una época estrictamente bailable. Pero siempre sostuvo que al tango se lo debía interpretar tal como se lo creó, pues el tango es un género íntegro, que abarca líneas diversas como la rítmica, la melódica, la campera y la romanza.
Por lo tanto su orquesta no fue solamente bailable. Actualmente al perderse lo bailable, ya no es necesario tocar tangos de ese tipo, pero en la década del cuarenta era lo único, porque no se aceptaba otra cosa que lo rítmico.
Desaparecida su orquesta formó un dúo con el guitarrista Ubaldo De Lío en l959, al que se agregaron Laurenz, Francini y Ferro, con los que se creó el primer Quinteto Real de gran aceptación y con el cual realizó tres viajes a Japón.
La dupla Salgán-De Lío ha durado casi cuarenta y cinco años. Para él, su compañero y Carlitos García son los dos grandes pianistas que hoy tiene el tango.
Cabe destacar que como arreglador, las versiones de Recuerdo, El Retirado, y Desde El Alma, son aciertos que no se han superado.
Actualmente con Ubaldo De Lío, Néstor Marconi, Peresini y Oscar Giunta, lidera el nuevo Quinteto Real.
En cuanto a formar nuevamente su orquesta como tantas veces se le ha reclamado, él ha contestado: “¿Para tocar dónde?”. Aquellas orquestas que había en el cuarenta con doce o quince músicos ya no son posibles, lamentablemente.
Con referencia al tango ha sostenido: “Con el tango cada uno puede hacer lo que quiera. Tampoco hay que limitar o decir esto tiene que ser así, porque nunca se sabe. Hay que esperar.
Sobre el libro que está por publicar ha dicho: “El tango no es un género en el que usualmente, normalmente, se improvise, como sí, ocurre en el jazz. Eso no quita que mañana pueda aparecer alguien con la condición de improvisar en tango.”
Este es Horacio Salgán, al que no le ha preocupado ser el gran vanguardista ni el gran creador. Ha hecho las cosas a su manera y sin pretensiones, sin querer ganarle a nadie.
UN ACTO DE AMOR
Hacer música es un acto de amor. Es un privilegio que Dios me ha dado. Yo llevo la música como parte integrante de mi sistema nervioso, circulatorio, psicológico, es todo para mí. Mi papá tocaba la guitarra y el piano de oído. Era sólo aficionado, y según me contaban, desde que gateaba salía disparando hacia el piano cuando lo escuchaba sonar. Empecé tocando en un cine, cuando había cine mudo, de manera que yo en la tarde tocaba el piano y a la noche ya venía la orquesta de cuatro a cinco integrantes. Ahí comencé y hace sesenta y siete años que trabajo por suerte siempre con ánimo de seguir adelante, con el mismo entusiasmo. Ahora estoy muy ocupado terminando las correcciones de un libro mío sobre la ejecución del tango. Nosotros los de mi generación hemos tenido la suerte de formarnos en las orquestas, pero ya no hay más orquestas y si bien hay mucha información, está faltando formación; por eso todas las cosas que yo sé, al menos todas las que me acuerdo, las he puesto en el libro, por que he recibido tantos privilegios de Dios, que quiero volcar todo lo que pueda ser útil a alguien, hasta la última nota.
Horacio Salgán Ø