Las preocupaciones de los argentinos cambiaron

El desempleo y los bajos sueldos se han convertido en la principal prioridad

En un giro significativo, las preocupaciones de los argentinos han evolucionado en los últimos meses. Si bien la inflación y la inseguridad solían ocupar el centro del escenario de los últimos años, ahora el desempleo y los bajos sueldos se han convertido en la principal prioridad de la mayoría de la población. Es que la combinación explosiva de despidos masivos en el sector público y la profunda recesión que afecta al país ha alterado drásticamente las prioridades de la mayoría de la población.

El desempleo no solo implica la búsqueda de un nuevo puesto de trabajo, sino también la lucha por sobrevivir hasta el primer pago. Desde mi propia experiencia con casos cercanos, puedo afirmar que este proceso no es nada sencillo. La mera búsqueda de empleo conlleva gastos habitualmente considerables, pero en estos momentos adquieren mucha mayor relevancia por los costos altísimos asociados: transporte, impresiones de currículum, entrevistas y otros costos adicionales.
La actual crisis económica argentina ha generado una brecha entre la oferta y la demanda de empleo. Los cupos disponibles no son suficientes para absorber a los desempleados que buscan empleo. A eso hay que sumarle la competencia que se intensifica con la llegada de nuevos candidatos al mercado laboral. Si bien conseguir un empleo formal o informal resulta un gran desafío, no todo termina ahí, porque la situación se complica aún más. Para aquella persona que ha sido seleccionada para un puesto, los desafíos continúan. Durante al menos un mes, el afortunado o afortunada debe enfrentar gastos adicionales, como transporte diario hasta el trabajo, usar ropa adecuada y refrigerios. Y la pregunta obligada es: ¿Con qué dinero costear esos gastos? Si uno es desempleado, generalmente, no tiene dinero.
Durante las últimas décadas, el trabajo registrado en blanco en Argentina ha estado impulsado principalmente por el sector público. En contraste, el sector privado se mantiene estático. El empleo público en Argentina ha demostrado un crecimiento desigual. Durante el período entre 2011 y 2022, en un contexto de alta inflación y escaso crecimiento económico en Argentina, el empleo público a nivel nacional, provincial y municipal experimentó un crecimiento excepcional. De hecho, creció once veces más rápido que el empleo privado registrado.
Sin embargo, esta tendencia no fue uniforme en todas las provincias, ya que, a nivel nacional, el empleo público aumentó un 28% en ese período, mientras que a nivel provincial y municipal, el crecimiento fue aún mayor, alcanzando un 35%. En contraste, el empleo privado asalariado formal solo experimentó un modesto aumento acumulado del 3% en el mismo período.
Aquí cabe mencionar la excepción de Neuquén: solo en esa provincia, impulsada por la producción de petróleo y gas “no convencionales” en Vaca Muerta, el empleo privado superó al crecimiento del empleo público.

Los ingresos son cada vez más bajos

A pesar de este crecimiento desigual, es importante señalar que los salarios reales de los empleados públicos disminuyeron significativamente, lo que afectó la dinámica financiera en las provincias. Aunque hay más empleos, los ingresos son cada vez más bajos. Este precedente no augura nada positivo en el horizonte. La crisis de credibilidad en la política económica y el sistema político en general también afecta la cohesión social.
Pero este no es solo un problema de la Argentina, ya que todo el mercado laboral en Occidente se ve afectado por la competencia global y la amenaza de la Inteligencia Artificial. En el escenario actual, los países occidentales más desarrollados enfrentan una serie de desafíos sin precedentes en el ámbito laboral. La búsqueda de empleo, su mantenimiento y el progreso en la carrera profesional se han convertido en tareas cada vez más arduas. Factores como la superpoblación mundial, el libre comercio y el avance de la inteligencia artificial están remodelando el mercado de trabajo de manera radical.

Los desafíos de la globalización y la inteligencia artificial

En este contexto, es crucial entender las dinámicas que están en juego y explorar las estrategias que pueden adoptar los individuos para preservar su nivel de vida. El fenómeno de la globalización ha traído consigo una competencia feroz en el mercado laboral. La libre circulación de bienes, servicios y capitales ha permitido a las empresas buscar mano de obra más barata en cualquier rincón del mundo. Esto significa que los trabajadores del norte ya no solo compiten entre sí, sino también con millones de personas en Asia, África y Latinoamérica. E incluso en países con bajos salarios y gran desocupación de Europa.
Contrariamente a la creencia popular de que solo los trabajos manuales poco calificados están en riesgo, la IA también está afectando a empleos que requieren alta cualificación. Analistas financieros, abogados, médicos, artistas gráficos, diseñadores y programadores, así como otros profesionales, están viendo cómo sus tareas son cada vez más automatizadas. Esto plantea la necesidad de que los trabajadores adquieran nuevas competencias y se adapten a un entorno en constante evolución.
Ante este panorama preocupante y estos desafíos, es crucial que los trabajadores argentinos, así como los de países occidentales, adopten estrategias que les permitan no solo mantener su nivel de vida, sino también prosperar en un mercado laboral cada vez más competitivo y tecnológico a nivel global.
Además, hay que estar preparados para el aumento de crisis emocionales, dado que la presión y la incertidumbre para insertarse en el mercado laboral afectan significativamente la salud mental de los trabajadores. Expertos en psicología laboral sugieren que la resiliencia, entendida como la capacidad de recuperarse y adaptarse a situaciones adversas, es una habilidad crucial en estos tiempos. Mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, practicar técnicas de manejo del estrés y buscar apoyo profesional cuando sea necesario, son prácticas recomendadas para mantener una buena salud mental.

“Durante las últimas décadas, el trabajo registrado en blanco en argentina ha estado impulsado principalmente por el sector público. En contraste, el sector privado se mantiene estático”

Pero siempre, y en cada caso particular, más allá de las buenas intenciones, lo que hace falta es generar nuevos empleos. Como sea.
No es casualidad que hace ya casi cien años John Maynard Keynes dijera que “es mejor hacer un pozo y volverlo a tapar que tener gente desocupada”. ¤