Volver Tiene La Magia de Un Ritual
Volver al pago conlleva siempre una aventura muy mágica, y en especial para mí, que he estado en este maravilloso país por más de 35 años.
Después de 16 años se dio la oportunidad del regreso a Argentina, y no por poco tiempo (“mínimo 1 año, que al final se hicieron 2”), las mariposas en el estómago al llegar se transformaron en grandes palomas, los nervios, el reencuentro y abrazo con mi amado hermano Santiago… y ese aeropuerto de Ezeiza, y el reencuentro con todos los recuerdos.
Nadie me podía sacar la sonrisa de los labios. Como una niña con juguete nuevo, miraba todo y el ensueño me llevaba a otra época, a recuerdos vividos antes de irme. Era como volver a encontrar mi otra mitad, y como diría Eladia Blázquez, “Esa manera melancólica de amar”.
A los pocos días, el aniversario del 2x4, invitación de Oscar La Rosa y reencontrarme con los maestros Pepe Ojivieki, y Juan Carlos Cuacci dirigiendo la orquesta de Buenos Aires, la presencia de cantantes como Néstor Fabián (el Pichi), el Chino Laborde, y tantos otros más… Fue como la entrada al plato fuerte que serían las increíbles experiencias que viviría luego.
Junto a mi gran amiga de los Peltres de Buenos Aires, Estela de Agostini, que tiene su boutique en el Maipo, pude disfrutar las obras teatrales del momento, compartir con Sandra Mihanovich, Patricia Sosa, y Marilina Ross. Mi amigo, Gabriel Ogando, mi invitó al Café La Humedad, en donde cantaron a dúo con Marilina “Nunca dejes de soñar” (lo pueden encontrar en mi canal de youtube). Mi ego no paraba de decirme “todo esto es para vos”.
Poco después de llegar presenté mi espectáculo “Alma, corazón y vida” en Los 36 Billares, junto a Jorge Dupuy, tanguero de aquellos.
Del Café La Humedad al Coliseo
Al poco tiempo, debuté en el Café La Humedad, un ícono de la noche y del tango en Buenos Aires, y Cacho Castaña me hizo un reportaje en su programa antes de dejar este plano físico. Con Cacho ya habíamos trabajado juntos en Miami, y fue muy especial reencontrarnos y presentar mi espectáculo a sala llena en el Café La Humedad, acompañado por sus músicos. También llegué a cantar en el Teatro Coliseo la Milonga Del Trovador, junto a Walter Ríos, y en Tango, el Musical, de Sergei Dumas.
Después, entrevistas en las radios y reencontrarme con mi gran amigo Cuti Carabajal, quien me invitó a su programa en Radio Nacional todos los lunes que estuve allí, disfrutando de los jóvenes valores del folklore argentino. Por supuesto, después del programa, a la descarga hasta la madrugada en los restaurantes amigos; cada noche con un amigo/a quien conocer o con quien reencontrarme. De esas descargas salió la idea del Master de Chacareras. Pero eso amerita un capítulo aparte.
Me convocan para el Gran Cabaret Argentino, una comedia musical que hace temporada todos los veranos en el Paseo La Plaza. Cantar, actuar, bailar. Yo estaba en mi salsa, allí con un gran elenco, bajo la dirección de Marcelo Silguero, ensayos, puesta en escena, debut a sala llena por los tres meses que duró la obra, y paralelamente, comencé a ensayar mi gran amor, el sainete, con Saineteando, escrita por Carlos La Rosa y dirigida por Santiago Doria, junto a Héctor Canosa, un grande de la comedia Nacional, con quien había trabajado cuando tenía yo 19 años junto al Capitán Piluso (Alberto Olmedo). También pude invitar a ser parte de esto a nuestro querido Dino Durand, que está en Buenos Aires.
En la Biblioteca Café, un lugar ya tradicional del espectáculo, junto a Carlos La Rosa y la guitarra de Nelson Pérez (Los Quilla Huasi) presentamos Mi Apellido es Buenos Aires, a sala llena. También tuve la suerte de que los músicos de Cacho Castaña, dirigido por Jorge Raggio (su director musical por 20 años), me acompañaran en un espectáculo que presenté en la ciudad de Campana junto a Ariel Almirón y Alumine de Luchi, bailarines ganadores del mundial de Tango.
Una anécdota entre tantas otras
El universo tiene tanta magia para los que soñamos con ser profetas en nuestra tierra, que una anécdota entre tantas quedó grabada a fuego. Desde niña y adolescente, gracias a mi amor al escenario, en mi querida Misiones pude conocer y hacerme muy amiga de Guillermo Rico, uno de los grandes del buen humor, quien siempre me guiaba con sus charlas cuando llegué a Buenos Aires siendo una muchacha con muchos sueños.
Luego del debut del Gran Cabaret Argentino, me invitan a un programa de radio, y esperando para entrar al estudio estaba allí La Tanguito, cantante colombiana, y un cantante de mi edad que al pasar se le cae la gorra cerca de mis pies. Lo llamo y le aviso que se le había caído; la recoge me agradece, y entramos todos a estudio.
Cuando me presenta el locutor, el de la gorra dice: “No puedo creer que sos Stella Milano, yo te admiro y te sigo por Facebook. Yo soy Ángel Rico, el hijo de Guillermo Rico, y esta gorra es una de las pocas cosas que uso de mi viejo”. Imaginen mi estupor. Todos concordamos en que Guillermo, ese día, me había saludado con la gorra de su hijo… Soy de las que creen que todo es mágico en la vida, como ya ven.
A Ángel Rico y su excelente interpretación de Carlos Gardel, tuve la oportunidad de tenerlo de invitado en mi presentación en el legendario Torcuato Tasso, donde presenté también mi espectáculo Mi Apellido es Buenos Aires, junto a Carlos La Rosa y los increíbles músicos del Café La Humedad.
Ya listos para debutar Saineteando, tres días antes de iniciarse el encierro por la pandemia, que en Argentina duró un año, a los pocos días fallece mi gran amigo Carlos La Rosa, quizás por la depresión, quién sabe.
De regreso a mi primer amor
Para ocupar mi tiempo, volví a mi primer amor: la radio. Todos los sábados en Mundo Sur, una radio argentina, y de a poco fui creando lo que llevaría al éter por más de un año, que fue Stigmatango, un programa de “streaming” por la radio Mágica Virtual de Chile. Lo hice junto a Ángel Rico al principio, luego con Carlos Casellas (un gran escritor y poeta de lunfardo) y Eugenia Zaldívar (los pueden encontrar en mi canal de Youtube) y paralelamente un programa de radio New Age Tango, que se transmitió en diferido en Miami, Ecuador, España, y por supuesto, por la web, todas las semanas por más de un año.
A todos nos reseteó esta pandemia, y no iba a ser yo la excepción.
Ocurrieron muchas cosas más, encuentros, canciones, y la promesa de regresar pronto a mi Buenos Aires querido a terminar el disco de folklore con repertorio sugerido por Cuti Carabajal, y por supuesto con algunos de sus éxitos. Quedaron muchos proyectos que se volverán pronto realidad.
Ya estoy en casita en Los Angeles, reencontrándome con mi zona de confort. Regreso al escenario después de tanto tiempo este próximo 25 de junio en la Asociación Argentina de Los Angeles, junto a Rubén Amarillo, Nahuel Santos, y mi querida amiga de Ecuador con sus pasillos, Ruth Flores.
Los espero.
Reservaciones al (818) 561-4066.
Les contaré allí más detalles sobre mi mágica visita a Buenos Aires.
“Volver siempre tiene la magia de un ritual”, como tan bien lo escribió Eladia Blázquez.¤