La importancia de ser puntual
Al Padre Pascual le estaban haciendo su cena de despedida por 25 años de trabajo en una Parroquia.
Un Diputado miembro de la comunidad, fue invitado para dar un breve discurso. Como el Diputado se tardaba en llegar, el sacerdote decidió decir unas palabras él mismo para llenar el tiempo.
Empezó diciendo:
Mi primera impresión de la Parroquia la tuve con la primera confesión que me tocó escuchar. Pensé que me habían enviado a un lugar terrible, ya que la primera persona que se confesó me dijo que se había robado un televisor, que les había robado dinero a sus papás, había robado también en la empresa donde trabajaba, además de tener aventuras sexuales con la esposa de su jefe.
Después de escuchar semejante confesión me quedé asombrado, asustadísimo...Pero cuando transcurrió un tiempo, fui conociendo más gente y vi que no eran todos así, vi una parroquia llena de gente responsable, con valores, comprometida con su fe.
Y así he vivido los 25 años más maravillosos de mi sacerdocio.
Justamente en este momento llegó el Diputado, por lo que se le dio la palabra. Ofreció disculpas por llegar tarde y empezó a hablar diciendo:
Nunca voy a olvidar el primer día que llegó el Padre Pascual a nuestra Parroquia... De hecho: tuve el honor de ser el primero que se confesó con él...
Una mala noticia
Cuatro amigos querían subir un piano al piso 10. Estaban muy cansados y uno de ellos dijo:
-Que vaya alguien a ver cuántos pisos nos faltan.
Uno de ellos sube y llega hasta el piso 10 y calcula:
-Bueno, si subí 6 pisos, es porque estamos en el piso 4.
El tipo baja y le dice a sus compañeros:
-Les tengo dos malas noticias.
Entonces, uno de los hombres le dice:
-Dinos una ahora, y la otra la dices cuando lleguemos.
-Bueno, la primera es que nos faltan 6 pisos para llegar.
Los hombres, ya bien cansados, llegan al piso 10 y uno le pregunta:
-¿Y cuál era la mala noticia?
El tipo le contesta:
-Éste no era el edificio.
Políglota del tablón
En una entrevista de trabajo:
- Bueno, su currículo es sorprendente. Aquí pone usted que habla inglés…
- Sí, claro, fui a un colegio bilingüe.
- Y también domina el francés…
- Sí, es que mi madre es francesa.
- Y habla perfectamente alemán…
- Sí, es que mi padre nació en Munich.
- Y también el italiano...
- Es que tuve una novia que vivía en Roma.
- Y también el portugués…
- Bueno, es que en mi anterior trabajo me destinaron a Lisboa.
- Muy bien, muy bien, queda usted contratado.
- Sólo una curiosidad: hablando tantas lenguas diferentes... ¿Usted en qué piensa?
- ¿Yo?... En fútbol, como la mayoría.
Todo tranquilo
Se escucha un tremendo griterío que salía desde la sala de diputados.
¡Ladrón, narco, borracho mentiroso, sinvergüenza, flojo de mierda, puta trepadora, chorra, coimero, vendido, vago de mierda, viejo trolo, pedófilo, ñoqui…!
Un hombre, asustado, le pregunta al uniformado que está de guardia a la entrada:
- Señor, ¿qué pasa adentro? ¿Se están peleando?
- No, responde el guardia, están tomando lista de asistencia.
Limpito para siempre
En la secundaria de mi pueblo, el año pasado las alumnas habían adquirido la mala costumbre de besar los espejos para imprimirlos con las marcas de sus lápices de labios.
Todas las mañanas, los espejos de los baños de las mujeres amanecían llenos de “besos” colorados.
La directora publicó un comunicado, pidiendo a todas las alumnas que se abstuvieran de imprimir besos en los espejos porque recargaba el trabajo del personal de limpieza.
Como si nada. Los espejos seguían apareciendo llenos de marcas de pinturas de labio.
Al final, la directora juntó a la mayor cantidad de alumnas que pudieron entrar al mismo tiempo en el baño de mujeres, y les explicó que quería mostrarles lo difícil que era para el personal de limpieza eliminar esas marcas todos los días. Le pidió a la señora de la limpieza que proceda con la tarea.
La mujer de la limpieza tomó un trapo seco, lo mojó varias veces en un inodoro, lo escurrió y procedió a sacar las marcas una por una. Cada tanto volvía a mojar el trapo en otro inodoro, lo retorcía y seguía limpiando hasta que todos los espejos quedaron brillantes.
Nunca más aparecieron marcas de labios en los espejos.
Maestros hay muchos, educadores no tantos
Isaac está de pie frente a la sinagoga, con la mano extendida pidiendo:
- Tsedaká (caridad) por favor.
Llega el rabino de la sinagoga y le pregunta:
- Isaac, ¿qué es lo que estás haciendo?
E Isaac responde:
- Rabino, estoy juntando dinero para una mujer viuda, con 3 pequeños hijos que está debiendo tres meses de renta y si ella no paga los $1,500 hasta el final del día de hoy el propietario la va a sacar a la calle.
- Isaac, usted es un buen hombre. ¿Cuánto recolectó ya?
- $ 1,000, rabino.
- Mira, para una caridad tan importante de ayudar a una viuda, yo te daré los $ 500 restantes.
- Le agradezco en nombre de la viuda, rabino...
- Isaac, usted tiene un buen corazón. ¿La viuda es su familiar?
- ¡No, es mi inquilina!
Cortitos y al pie
Un cocodrilo a un perro:
–¡Buenos días, bolsa de pulgas!
El perro al cocodrilo:
–¡Buenos días, bolso de mano!
–Ayer denuncié que mi mujer había desaparecido. Ya pueden suspender la búsqueda.
–¿Ah, la ha encontrado?
–No, es que he reflexionado.
–Hola, venía por el puesto de trabajo.
–¿Sabe inglés?
–No.
–¿Y francés?
–Tampoco.
–¿Y por qué se presenta?
–El anuncio decía: “Inútil presentarse sin referencias”.
–Doctor, estoy preocupado porque me falla la memoria.
–¿Desde cuándo?
–¿Desde cuándo qué?
–Mira ése, con esas melenas no se sabe si es un niño o una niña.
–¡Pues es mi hijo!
–¡Hombre, no sabía que fueras padre!
–No, soy madre.
Un pobre empleado se acerca a la oficina del jefe:
-Disculpe, jefe, pero hace seis meses que no cobro.
-No te preocupes, estás disculpado.
–Nos escriben los secuestradores de tu padre.
–¿Y qué dicen?
–Piden mil euros.
–¿Y si no pagamos?
–¡Nos lo devuelven!
–Jefe, creo que tendría que subirme el sueldo porque hay tres compañías detrás de mí.
–¿Ah sí, cuáles?
–La del agua, la luz y el gas.¤