Cortes de tránsito. El absurdo cotidiano

Pocas cosas perjudican más la vida cotidiana y la salud de los argentinos que los cortes de calles, avenidas, puentes y accesos debido a protestas de origen desconocido. Todos los días, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires, se suceden interrupciones de tránsito que provocan caos vehiculares de enormes magnitudes, además de nerviosismo, frustraciones, alteraciones y aumento de la presión arterial en decenas de miles de pasajeros y/o conductores.

Lo peor de todo es que nadie es capaz de acertar el motivo de esas interrupciones. Se llegó al total y absoluto reino del absurdo, y lo más grave es que ese tipo de protestas se acrecientan con el tiempo, sin que haya un horizonte de esperanza para encauzarlas civilizada y racionalmente.

Un ejemplo:
• “En el marco del conflicto de estatales bonaerenses, encabezado por los principales gremios docentes, Miguel Díaz, titular de Unión Docentes de Buenos Aires, anticipó posibles cortes en horarios sorpresivos en los siguientes lugares: Puente Pueyrredón - Puente Saavedra - General Paz y San Martín - Acceso Oeste altura Hospital Posadas - Ingreso a la Autopista La Plata - Buenos Aires (posiblemente altura Diagonal 74)”.
• “FUBA anunció que a las 9 de la mañana cortará Viamonte al 400”.
• “Otro corte anunciado será en Antártida Argentina y Av. de los Inmigrantes, entre las 10 y las 12hs”
• “A las 10:30 está previsto que ATE Capital comience a concentrarse en Diagonal Norte y Esmeralda para marchar a la sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en Bolívar 1.”

Este detalle fue publicado por Diario Popular el 11 de julio de 2012, hace exactamente dos años. Como se podrá apreciar, solo los organizadores y manifestantes entienden los  motivos de esas protestas. El caso de Antártida Argentina y Av. de los Inmigrantes supera todo lo imaginable. Como lo dice la nota, el corte solo fue anunciado. ¿Habrán cortado el tránsito por el calentamiento global? ¿La matanza de las ballenas? ¿La contaminación ambiental en Tanzania? ¿Las abducciones de extraterrestres en New México? Nadie lo sabe.

Se supone que toda protesta implica que se manifiesta por algo. Que se pretende alcanzar un objetivo, un beneficio o el cese de una injusticia, que se haga algo o deje de hacerse. Lo razonable es que se comuniquen los motivos a quienes tienen el poder de resolverlo, y también a los perjudicados directos, que en estos casos resultan ser los trabajadores que vuelven a sus hogares o se dirigen a sus empleos, hospitales, reuniones, etc., sin olvidar a los familiares, conocidos, amigos, empleadores o médicos que los esperan. Pero en la Argentina la lógica de las protestas desapareció hace mucho tiempo... probablemente con el mismo meteorito que extinguió a los dinosaurios.
Pocos explican  por qué se corta el tránsito.

A veces y de casualidad se puede llegar a conocer el origen de estas drásticas medidas a través de los medios de comunicación. Pero no siempre.

Un caso reciente lo ejemplifica:
“Caos en la General Paz y Miguelete por un piquete sindical: levantaron el corte tras un operativo con helicópteros y carros hidrantes. Trabajadores de Emfer (Emprendimientos Ferroviarios), del grupo Cirigliano, levantaron el corte total que realizaban desde temprano en la Avenida General Paz, a la altura de la estación Miguelete, que colapsó los accesos a la ciudad y originó importantes demoras en plena hora pico”. Diario La Nación, martes 20 de mayo de 2014.

Para comprender la magnitud de este enredo: “Emfer” le resultará tan misteriosa a los lectores de California como a los que viven en Buenos Aires y alrededores. Nadie sabe qué es esa organización, empresa, cooperativa o lo que sea. Lo realmente preocupante es que produjo un caos vehicular mayúsculo en una vía de acceso normalmente colapsada y que afectó a decenas de miles de personas.

No son críticos ni pesimistas los que piensan que este método de protesta ya se ha internalizado en la sociedad argentina y no existen posibilidades reales de suprimirlos o de minimizar sus graves efectos, por lo menos durante los próximos cincuenta años.
La Presidente criticó los piquetes y reclamó “otras prácticas para protestar”. Cristina Kirchner consideró un mamarracho la protesta que realizaron integrantes de Uatre, gremio de Gerónimo Venegas,  sobre la autopista Riccheri, asegurando que sólo buscaba generar malhumor contra el gobierno nacional.

“En la Argentina la lógica de las protestas desapareció hace mucho tiempo... probablemente con el mismo meteorito que extinguió a los dinosaurios”

De ese modo se refirió a la protesta que realizaron integrantes del gremio Uatre en la autopista Ricchieri, que fue desalojada pacíficamente por 100 integrantes de las fuerzas federales que debieron ser trasladados desde sus lugares habituales de tareas en el sur de la Ciudad y en el Conurbano. La mandataria, que ya se había manifestado en otras oportunidades contra los cortes de ruta, les pidió a los manifestantes que no se priven de realizar protestas, pero suplicó: “Pero háganlo sobre la vereda, sobre la Plaza... vengan acá, a la Plaza de Mayo y no nos obliguen a desplazar gente que está cuidando a otra gente. Es un crimen distraer a 100 efectivos altamente capacitados para eso, que fue mamarrachesco y terminó en un vodevil”.
Nadie podría estar más de acuerdo con los dichos de la presidenta. El único detalle es que esto fue pronunciado por la primera mandataria el martes 1 de noviembre de 2011 y desde ese día nada ha mejorado.
La inseguridad es la principal preocupación de los argentinos. Pero diariamente cientos de policías, gendarmes y prefectos deben dedicarse a evitar que diez, veinte o cien manifestantes colapsen el tránsito de la ciudad y alrededores  perjudicando a decenas de miles de inocentes que, para colmo, nunca saben de qué se trata la protesta.  
“Lo quisimos hacer lo mejor posible y salió como siempre”... una frase de origen ruso. ¤

“No son críticos ni pesimistas los que piensan que este método de protesta ya se ha internalizado en la sociedad argentina y no existen posibilidades reales de suprimirlos o de minimizar sus graves efectos, por lo menos durante los próximos cincuenta años”