El Estrés aumenta el Colesterol

El estrés circunstancial o temporario puede transformarse en crónico, el cual se acentúa debido a la presión del trabajo, las relaciones personales disfuncionales o el uso adictivo de la tecnología, factores que causan ansiedad y tensión y por ello se han constituido en los agentes directos del estrés, sostienen los cardiólogos.

“El estrés aumenta los niveles del colesterol LDL (Low Density Lipoprotein or “bad cholesterol”), alterando los índices saludables que oscilan entre los 50/70 mg por dl y a igual que los alimentos excedidos en grasas, afecta negativamente nuestro organismo”, afirma el Dr. Stephen Kopecky, cardiólogo de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnessota, y de acuerdo con sus investigaciones cardiovasculares recientes.

   Si el estilo de vida es sedentario, con una dieta alimenticia pobre, sin nutrientes significativos, sin ejercicios físicos y con el consumo de tabaco, se produce el aumento de la concentración de los lípidos, o sea que el colesterol LDL (el malo) depositado se va progresivamente acumulando en las arterias reduciendo y dificultando la circulación del torrente sanguíneo, condición que se conoce como “arteriosclerosis”. “Consumir gran cantidad de huevos y una dieta rica en grasas saturadas aumentará el nivel del colesterol”, sostiene el Dr. Mark Creager, presidente de la Sociedad Americana del Corazón y Director del Centro de Estudios Cardiovasculares del Centro Médico Lebanon, en New Hampshire.
   “El stress crónico es el más preocupante, ya que aumenta y mantiene el nivel del colesterol al estimular la secreción de las hormonas del stress –el cortisol y la adrenalina- y estas hormonas a su vez estimulan la concentración de los “triglicéridos” y los ácidos “fatty”, los cuales con el tiempo elevan los parámetros de este colesterol malo”, dice Catherine Stoney, directora del National Blood, Heart and Lung Institute de la Secretaría de Salud de Estados Unidos.

El efecto del colesterol sobre la salud humana
   Debemos entender este proceso y aceptar el nefasto efecto que el estrés ejerce sobre nuestra salud. “El 28 % de la población estadounidense adulta (20+) ya tiene índices elevados de colesterol”, de acuerdo con los datos estadísticos del Centro de Prevención y Control de las Enfermedades, entidad que define el alto colesterol en guarismos de 240 mg/dl en adelante. El estrés crónico afecta negativamente a nuestra salud y de ahí que la hipertensión (aumento de la presión arterial) y el colesterol LDL elevado se constituyan en las condiciones favorables para provocar los accidentes isquémicos cerebrales, más conocidos como TIA (Transient Ischemic Accident), los que terminan en derrames cerebrales y estos, a su vez, afectan los centros motores del cerebro produciendo parálisis, ceguera y limitaciones en el lenguaje verbal, según los investigadores de estudios cardiovasculares.

“El stress es el agente que juega un rol de mayor magnitud y que afecta negativamente a la salud”

   Los episodios de estrés de corta duración (temporario) están relacionados con la presión del trabajo. El Dr. Kopecky realizó un estudio estándar entre un grupo de contadores (personas encargadas de confeccionar la rendición de los impuestos anuales al gobierno) y documentó a través de varios meses “un aumento en los niveles del colesterol entre ellos. El índice de 206 mg/dl registrado en el mes de enero subió a 232 mg/dl en el mes de abril y luego bajó a 215 mg/dl en el mes de junio”. Cabe destacar que los contadores (cuyas edades oscilaban entre los 28 y 50 años) mantuvieron su dieta saludable y los ejercicios físicos en una manera consistente durante el período del estudio descripto, de donde se deduce que “los cambios fueron causados por el estrés laboral”, informó el autor del estudio.

El paso del tiempo y el colesterol
   Hay que notar que el aumento del colesterol  se acentúa a través del paso de los años. También se ha observado empíricamente que la mujer aventaja al hombre en porcentuales (¿será que la mujer, al ser biológicamente más emotiva e intuitiva que el hombre, acelera sus niveles de tensión y ansiedad?).
   Los primeros estudios sobre el colesterol se hicieron hace 50 años y periódicamente han sido replicados obteniéndose resultados similares. Investigaciones subsecuentes siguen demostrando estos efectos similares, siendo “el stress el agente que juega un rol de mayor magnitud y que afecta negativamente a la salud”, afirman los doctores Neil Stone, Deepak Chopra y Andrew Weil, expertos en medicina convencional y alternativa, quienes han abierto nuevos horizontes para su reducción con una variedad de programas educativos y recreativos. El Dr. Neil Stone, de la Escuela de Medicina Feinberg, de la Universidad de Chicago, sostiene que “hay que bajar el estrés haciendo 30 minutos de ejercicios diarios y para ello ofrece una guía publicada por la Asociación Americana del Corazón. Además sugiere “practicar el sentimiento de agradecimiento tanto al acostarse como al levantarse  para ayudar a reducir el estrés, ya que reducir el colesterol implica primero reducir el estrés”, acota.

“El daño causado por el stress no sólo aumenta el colesterol y produce enfermedades cardiovasculares sino que también acelera el envejecimiento”

   Al final de la década de 1980 comenzó a prescribirse una variedad de medicamentos (Statins) para bajar el nivel del colesterol, aunque las causas que lo elevan parecen continuar sin los cambios recomendados. Los expertos aconsejan “delegar más y trabajar menos y reducir las presiones laborales y familiares para poder aliviar la tensión física y emocional” ya que es importante examinar la manera en que enfocamos las relaciones (familiares y laborales) y atendemos sus prioridades.  
   Es importante saber que “el daño causado por el stress no sólo aumenta el colesterol y produce enfermedades cardiovasculares sino que también acelera el envejecimiento”, según los datos científicos publicados por Jo Marchant en su reciente libro “Cure”. Ella afirma que “la pobreza y la falta de control conducen a un estrés crónico, el que daña el sistema cardiovascular y reduce la fortaleza del sistema inmunológico” sugiriendo practicar diariamente la meditación con sus técnicas y entrenamiento en Mindfulness y Compassion y una rica vida social para reducir el estrés.

Espiritualidad, religión, relajación
   Investigaciones científicas han estudiado los efectos para la salud que genera cultivar una vida espiritual y religiosa y comprobaron que “la gente que asiste con regularidad a la iglesia parece vivir más que aquellos que no asisten, por el efecto de la reducción del estrés y una vinculación social prominente”.  Las personas religiosas “apoyadas por sus creencias en un Dios bondadoso que ama y perdona a la humanidad, les ayuda a reducir mejor el estrés con subsecuentes efectos positivos para la salud”, confirma Jo Marchant en su libro.
   Debemos cultivar una calidad de vida libre de estrés para preservar nuestra buena salud.            
                        
Siete mandamientos para reducir el estrés:
1-Mantener pensamientos positivos para conservar una mente sana.
2-Hacer ejercicios físicos para reducir la producción de las hormonas del estrés (cortisol y adrenalina) y liberar las endorfinas que nos dan energía y optimismo.
3-Comer saludablemente (más verduras y frutas) para mantener el buen funcionamiento del cuerpo y un mejor manejo de los agentes estresantes. Disfrutar de la “homeóstasis”.
4- Practicar meditación y técnicas de relajación.
5- Dedicar un espacio/tiempo para uno mismo.
6- Aprender a reducir los agentes estresantes en el hogar (por  ejemplo, no hay que limpiar “toda” la casa “todos” los días. Hay que categorizar los ambientes más usados, agruparlos de acuerdo con la mayor urgencia de limpieza y completar la tarea implementando un sistema de apoyatura familiar.
7- Aprender a reducir los agentes estresantes en el trabajo.