VOLVER
Sr. Director: Hay muchos motivos, generalmente muy bien fundados, que avalan la decisión de emigrar, pero todos sabemos que dentro del espectro total se destacan dos tipos de emigrantes: los que decididamente dejan la tierra para rehacer su vida en el lugar elegido y ponen todas sus energías para lograr su meta y los otros que salen temporalmente con el plan de volver cuanto antes luego de hacerse “la América” o “la Europa”.
Los primeros generalmente buscan adaptarse a la nueva cultura amoldándose a sus costumbres y asumen las diferencias con optimismo y admiración, interpretando las diferencias de la nueva vida como una divertida aventura de la que sin duda sacarán provecho.
Los segundos son los más difíciles, pues el llanto que les provocó la partida es una letanía que los acompañará siempre hasta lograr la meta de volver. El ticket round-trip que les marcó la mente jamás perderá su vigencia.
Para los que han tenido la suerte de emigrar a Estados Unidos, y más aún, han logrado de algún modo regularizar sus papeles y a pesar de ello piensan en volver, las sorpresas pueden ser muchas; deben recordar que la cultura americana es como un gas; incolora, inodora e insípida que se instala en la mente de quienes viven en ella y pasa ha ser imprescindible. Una adictiva forma de vida que tiene como condimentos principales la estabilidad, la seguridad y el respeto.
Estados Unidos le ofrece al inmigrante, cualquiera sea su estado legal, un standard de vida imposible de lograr en su lugar de origen.
Para los Argentinos en general, Estados Unidos es un lugar prohibido y maldito, sobretodo en momentos de relativa “bonanza”, pero es la meta deseada en los sistemáticos períodos de decadencia.
La definición más clara de un argentino es: Toma Coca Cola, come en Mc Donald’s, calza Redwood o Nike, viste jeans Levi’s o Wrangler, adora tener un Ford, Chevrolet o Chrysler, disfruta escuchando a Sinatra o Madonna, trata de conseguir un puesto en IBM, ansía poder llevar a sus hijos a DisneyWorld, no se pierde ningún estreno de Hollywood y odia Estados Unidos. Una contradicción tan argentina como el mate.
Convengamos que la política exterior de los Estados Unidos, repudiada por el mundo entero, no es un ejemplo a seguir y seguramente es esto lo que avala esa apreciación, pero los que vivimos aquí gozamos de muchos beneficios que en el planeta parecen estar en proceso de extinción y deberían ser la envidia y modelo de muchos pueblos.
Los que después de lograr mínimas metas en Estados Unidos todavía piensan en volver, deben tener en cuenta que desgraciadamente las cosas no han mejorado para los que viven allá, han empeorado en silencio, que es mucho más grave. Las nuevas falencias se han sumado a la abultada lista de endémicos males que como un callado cáncer sigue carcomiendo a toda la sociedad argentina.
Miguel Angel Orono
ES: Estimado Miguel, no estamos de acuerdo en algunos de sus conceptos (sobre todo en su “definición más clara” del argentino); de todas maneras respetamos su opinión. Gracias por escribir.
¿Seguridad para todos?
Sr. Director: La pista más clara para saber qué tipo de gente es el ingeniero Juan Carlos Blumberg la da él mismo en una de sus respuestas. Cuando el entrevistador le menciona que previo al secuestro de su hijo ya se venía notando durante años el incremento de la violencia, el tráfico de drogas, la delincuencia y la corrupción policial y le pregunta si él había hecho algo, si se interesaba por el tema, o si hacía peticiones a las autoridades, Blumberg le responde: “No, no, para nada (...) Nunca antes había participado en cosas así”. Es decir, le importaba poco y nada todo eso mientras afectaba a los marginados, lejos del hasta entonces “seguro” vecindario en donde él vive.
Quizás esto sirva de lección para que la gente tome conciencia que de nada sirve recluirse en los countries, barrios y edificios vigilados, y la seguridad privada. La violencia podrá tardar, pero tarde o temprano los alcanza también a ellos. En lugar de exiliarse de la sociedad, deben participar para incluir a los marginados y lograr un país con posibilidades y seguridad para todos. Entonces, sí, a partir de allí se podrá hablar de justicia y de combatir la delincuencia.
Felicitaciones, la revista es excelente y espero ansiosamente cada mes para leerlos.
Un abrazo,
Verónica Muller
Pasadena, CA
ES: Sin intención de abrir un juicio de valor sobre la figura del Sr. Blumberg, le confesamos que por un lado estamos de acuerdo con usted, y por otro, creemos que suele pasar que alguien se decida a actuar recién cuando una determinada situación le afecta personalmente. Muchas gracias por leernos.
¡A cavar pozos, que se viene la Migra!
Sr. Director: Su revista es ya una institución más para la comunidad argentina de California; las notas y reportajes son de primer nivel y la información sobre todo tipo de eventos muy útil. Sin embargo, debo confesarle que me sorprendió un poco la ingenuidad de la nota sobre ese nuevo monumento a la prepotencia e insensatez que es el muro fronterizo entre los Estados Unidos y México. ¿De verdad piensa el redactor que una pared, por más larga que sea, detendrá a toda esta gente desesperada por trabajar y lograr una vida mejor? Nomás lo saltarán, o cavarán un pozo por debajo, y listo. Por otra parte, suponer que los gobernantes corruptos de Latinoamérica, al no recibir el dinero que los inmigrantes envían a sus familias en sus respectivos países deberán administrar mejor las finanzas, es por lo menos pecar de inocente.
Espero tomen a bien mi comentario. Les mando un abrazo y continúen con el gran aporte a nuestra comunidad.
Luis Cairoli
ES: ¿Gobernantes corruptos en Latinoamérica? ¿A qué se refiere? Retribuimos su abrazo y apreciamos sus elogios.