Editorial • Julio 2004

En 1816 la Independencia de la República Argentina fue el comienzo de algo bueno, como creímos sería el comienzo de algo mejor, en 1983, la vuelta de la democracia luego de siete años de dictadura. Pasaron veintiún años. ¿Se pueden considerar democráticos? Los radicales no saben y los peronistas no aprenden. En las últimas semanas todas las imágenes del pasado vuelven a nosotros; las peleas por la coparticipación federal con compras de aliados incluídas; los amigos de hoy son los enemigos del mañana y viceversa. Todo de acuerdo a la conveniencia del momento. Solá vs. Kirchner, y a su vez, éste contra Duhalde. Los piqueteros duros y los piqueteros blandos. ¿Todavía podemos creer que algo cambió?
La demagogia y el bombardeo mediático para engañar a la opinión pública con eventos supérfluos que distraen, no está sólo en poder de los políticos argentinos. Por estas tierras, los EE.UU., son los maestros en esas tareas. La televisión abierta nos hizo ver durante cinco días el muy tedioso paseo de un ataúd a toda hora. Las imágenes hicieron recordar a un velorio nacional, allá a lo lejos por julio de 1974. Hay gente que todavía cree que estos líderes demagógicos hicieron algo por ellos, más que llenarse de plata a costilla del pueblo. Aparte de eso, gracias Reagan por tu apoyo en el conflicto de las Islas Malvinas.

La frase del mes: “Los individuos de una nación libre e ilustrada son, en todas partes, los protectores de la libertad” Mariano Moreno. Ø