La Política Argentina: una usina de noticias

Hace tiempo que se viene viendo que la Argentina se ha convertido en una usina de inverosímiles situaciones que se dan dentro del grotesco circo político criollo. Si uno se detiene a leer los titulares de los diarios argentinos, verá que siempre hay mucha tela para cortar; por eso no quiero hablar este mes de un tema en particular sino de varios que me producen escozor por todo lo sucedido en el país, teniendo en cuenta sólo el último mes del año.

1. El tácito contrato que existe entre votante y votado no se cumple.  
Las elecciones legislativas, en las cuales no se votan a gobernantes en la Argentina, ya no tienen interés para la gente; viendo lo ocurrido en las últimas elecciones, es de suponer que de no ser por la obligatoriedad del voto, seguramente en las próximas elecciones el ausentismo será altísimo. 
¿Cómo llegamos a esta conclusión? No hablemos de las listas sábana, en las cuales (con suerte) uno conoce al primero y al segundo candidato, y después aparecen debajo de ellos un montón de ilustres desconocidos. Sí nos interesa mencionar aquella gente que el ciudadano decidió votar, y luego se encuentra con que esa persona dejó su cargo por algo mejor, porque se cambia de partido, o porque alguno que no piensa como ellos impidió que asuma para el puesto que lo eligieron.
Los casos se sucedieron uno tras otro; primero -pocos días antes de jurar como diputado- el Dr. Borocotó sufrió una metamorfosis de Macrista a Kirchnerista de la primera hora. Otro caso, el nuevo canciller Jorge Taiana que de diputado electo pasó a Canciller. También el gobernador de La Rioja -Angel Maza- quien fue elegido como senador por su provincia, renunció a esta banca dejándole el puesto a su hermana (¿bancas hereditarias?), para seguir siendo gobernador.
Pero los dos casos que quizá llamen más la atención son los ocurridos con Rafael Bielsa y Luis Patti. El caso de Bielsa es hasta cómico y quedará en los anales de nuestra historia, más aún teniendo en cuenta de que se trata de una persona que se proclama muy lúcido y pensante. Durante la campaña electoral, declaró: “Doy mi palabra de honor que si la ciudadanía me honra con la elección, yo voy a ser diputado. No cabe siquiera imaginar otra posibilidad. No soy un defraudador". (17/6/2005, a la radio Rock & Pop), pero cuando llegó el momento de jurar renunció a la banca porque el presidente le ofreció ser embajador en Francia. Finalmente el cargo de conciencia pudo más y renunció a la embajada, tomando la banca a la que ya había renunciado.
Pero el caso más preocupante es quizá el del ex-comisario Patti. Los diputados encabezados por Miguel Bonasso (indultado por Menem en “aquellas épocas”), le impidieron ocupar la banca que ganó con el voto de 375.000 personas. Este caso es quizá el más grave de todos, ya que no mediando imputaciones de la justicia, el único motivo por el que se le prohibió su ingreso es ideológico. Es peligroso entonces pensar que el que no rinda pleitesía al pensamiento único imperante será excluido. 
Quienes defienden este cercenamiento de los derechos de Patti (y en consecuencia de los que lo votaron) aducen que el ex comisario fue un torturador durante el proceso militar; si es así, deberá expedirse la justicia y no un grupo de obsecuentes al mandamás de turno. 
A mi juicio, nadie que atentó contra las instituciones y el pueblo debería ser parte del Congreso y mucho menos todos aquellos que fueron responsables de los hechos más tristes de la triste década del ‘70, hayan estado del lado que hayan estado. Pero, como ya dije antes, eso deberá decidirlo la justicia. 

2. La inflación  
A nadie le queda duda de que el índice de inflación que informa el Estado está dibujado o mal hecho y consecuentemente no sirve para medir la inflación real ni para verificar la verdadera incidencia que tiene ésta, sobre todo en los magros bolsillos de los grupos más relegados de la población.
En diciembre, el INDEC confirmó que la inflación de noviembre fue del 1,2%. Pero como esa suba estuvo impulsada principalmente por los alimentos, el impacto del ajuste de precios se hizo sentir con mayor intensidad en la canasta básica de consumo, que trepó 3,3%. El aumento de esa canasta, que se toma como referencia para fijar el límite de la indigencia y la pobreza, casi triplicó la inflación promedio del mes. Esta suba es la más significativa desde septiembre de 2002, cuando aún la devaluación seguía empujando los precios.
Hoy día un matrimonio con dos hijos necesita tener ingresos de 385,26 pesos por mes para no ser considerado indigente, y le hacen falta 824,45 pesos mensuales para no caer en la pobreza. Siempre, por supuesto, de acuerdo a los índices gubernamentales, ya que si estamos dentro de la realidad sabemos que con 824,45 pesos mensuales no puede sobrevivir más de una persona.
Otra derivación del 1,2% de inflación en noviembre fue que el costo de vida acumula un aumento de 11,1% en los primeros once meses del año. De esta forma, ya superó la pauta fijada para todo el 2005, cuando todavía falta computar el resultado de diciembre.
De las cifras oficiales también surge que la suba de precios fue generalizada, ya que englobó a los precios de casi todos los productos, con excepción de los que están regulados, como las tarifas del transporte público o algún producto de temporada.
Otro rubro que pegó un salto es el de Educación por el aumento de las cuotas de las escuelas privadas. Entre enero y noviembre, los servicios educativos acumularon un alza del 20,1%. Lo mismo pasó con los servicios de salud, que subieron desde enero el 12,8%. Con un 16,8%, se destacó el aumento en los alquileres de viviendas.
La suba de los alimentos en noviembre fue 2,1%. Pero varios alimentos básicos treparon mucho más. A saber: el zapallo 28,9%; la mandarina 23,3%; la batata 15,6%; la banana 15,2%; la falda 9,7%; la manzana deliciosa 9,5% y el litro de leche entera 3,4%.
También subieron los precios de la ropa (1,4%) que, después de los alimentos, es el rubro de mayor peso en el gasto de las familias y para definir la línea de pobreza. El mismo porcentaje subió en las comidas fuera del hogar, con incidencia en el bolsillo de los sectores medios.
En el acumulado entre enero y noviembre, el tomate redondo subió el 117,6%, la papa el 85,7%, el zapallito el 82,4%, el zapallo el 41,2%, los huevos de gallina el 22,4%, las  carnes, según los cortes, entre el 19,8% y el 26,1% y el pan lacteado el 20,5%.
Con estos valores se estima que en los últimos meses habría crecido la cantidad de indigentes y el número de pobres. El nivel actual de pobreza es del 38,5% (14,7 millones de personas), según la última medición del INDEC para la primera mitad de 2005. Esto sucede porque las familias que están en el umbral de la pobreza o de la indigencia son mayoritariamente trabajadores "en negro", beneficiarios de planes sociales, jubilados y desocupados. Esos sectores siguen sin empleo, tienen ingresos congelados o recibieron aumentos inferiores a la suba de los precios de los productos básicos.
Así, si bien la suba de los precios afectó a toda la población, la más perjudicada fue la franja más pobre de la sociedad. Las familias que menos ganan destinan casi todo su ingreso a la compra de alimentos básicos.
Si la comparación se hace desde la devaluación del peso, la canasta de alimentos básicos se incrementó el 106,2%, superando la inflación promedio del 72,2%. Desde comienzos de este año subió el 15%, también por encima de la inflación promedio del 11,1%. O sea, siguen subiendo los precios de los productos que más aumentaron.  
Visto los índices particulares de los productos de mayor consumo se concluyen dos cosas: o para hacer el índice toman el precio del sombrero, la galocha, las ruedas para carretas, el boleto de tranvía (fuera de broma, este último forma parte de los indicativos) y algunos otros productos que como no se usan más no tienen modificación, o directamente van a tener que instrumentar diferentes índices de inflación: uno para las clases acomodadas, otro para la clase media y otro muy diferente para la clase baja y los indigentes; índices que seguramente serán diametralmente opuestos comparados unos con otros.   
 
3. El pago al FMI  
Otra vez este gobierno nos quiere vender gato por liebre, y esta vez con el anuncio con bombos y platillos de que se iba a pagar toda la deuda externa….al FMI, y esto se dijo de una forma que mucha gente creyó oír que se pagaba toda la deuda externa.  
Una de las primeras cosas que debemos saber es que el pago total de la deuda con el FMI es una de las cosas que venía reclamando el organismo desde hace tiempo. Si aparte tenemos en cuenta que desde enero del 2002 hasta ahora, al Fondo se le ha pagado casi 8.357 millones de dólares, más los 9.810 millones que se piensan pagar ahora, en apenas cuatro años se le habrán pagado la suma de 19.000 millones, lo que pone al FMI como el acreedor privilegiado de la administración Kirchner, en detrimento de muchos acreedores nacionales a los cuales se les pesificó la deuda. Entre ellos, todas las futuras generaciones de jubilados que vieron disminuir sus ahorros por la pesificación obligatoria. Entonces  ¿de qué autonomía e independencia hablan, si el FMI es el único que ha cobrado puntualmente en los últimos años?  
Por otro lado, se elige pagar la deuda más barata, la de intereses más bajos, dejando sin pagar deudas mucho más caras, como por ejemplo la que se ha tomado y se seguirá tomando con el gobierno de Venezuela a una tasa del doble de lo que cobra el FMI. 
El pago al FMI se hará utilizando reservas del Banco Central, por lo que la deuda pública no baja, sino que se mantiene. Pero claro, al Banco Central se le puede pagar cuando el presidente quiere y no cuando se debe. ¿Qué genera sacar estos fondos de las reservas? Incertidumbre, ya que con eso debilitamos al Banco Central, y el país queda muy vulnerable a cualquier crisis financiera a nivel nacional o mundial. Cualquiera de estas crisis le puede costar muy caro al gobierno, ya que si tiene que salir a buscar plata al mercado le va a salir el doble.
A los pocos días de este anuncio rimbombante de Kirchner, Argentina comenzó a negociar un préstamo para trabajos de infraestructura por 3.000 millones de dólares con el Banco Mundial. Si nos ponemos a pensar que en todo nuevo préstamo se destina una gran suma de dinero a gestores e intermediarios, tenemos que la incongruencia de este pago es doble. ¿Por qué no pagarle un poco menos al FMI, usar una parte en infraestructura y no gastar en los buitres que acompañan cada nuevo préstamo? Pero todo esto demuestra que ha sido un movimiento político, un golpe de efecto, para quedar como el hombre que terminó con el monstruo del FMI.
Como dato anecdótico de todo esto, podemos decir que los mismos que aplaudieron el default en el microgobierno de Rodríguez Saa, ahora aprobaron hacer este pago extraordinario al FMI. 
No quedan dudas de que nuestro país es una usina de noticias. Así y todo, quedó en el tintero la elección del nuevo representante argentino en el Mercosur, el ex vicepresidente electo Chacho Alvarez (la misma persona que casi determinó con su renuncia la caída de un gobierno democrático) en reemplazo de otro prohombre de nuestra política, aquel que manejando los hilos desde las sombras, llegó a ser presidente de los argentinos sin que lo haya votado la mayoría, previo golpe institucional: el ex presidente Eduardo Duhalde. 
El año termina con un nuevo intento del poder político de manejar la justicia a su antojo, con las modificaciones que quieren implementar en el Consejo de la Magistratura.
Una más entre una larga lista de hechos políticos lamentables, causas más que suficientes para que la ciudadanía –antes que Dios y la patria- se los demanden. ©