Los dos equipos llegaron a la final sin perder un solo partido y mostrando su poderío ante los demás rivales. Los Pumas comenzaron el torneo ganándole a Kenia por 19 a 0; su segundo rival fue México, a quien venció con comodidad por 59 a 0, para concluir la primera fase derrotando a Francia por 22 a 5. Con estos resultados el equipo argentino finalizó primero en su grupo.
En el segundo día de competencia, Argentina enfrentó en cuartos de final al siempre difícil equipo sudafricano, al que venció por un ajustadísimo 7 a 5. En semifinales también lo esperaba otro equipo histórico, Inglaterra, a quien venció sin problemas por 17 a 0.
En la final, Los Pumas se toparon con esa máquina de ganar que es Nueva Zelanda y esta vez nada pudieron hacer; al igual que en la anterior etapa del certamen, en Wellington, se repitió la final y otra vez el triunfo fue para los All Blacks. De esta manera, Nueva Zelanda ganó por tercera vez consecutiva y lidera cómodamente este certamen que se compone de siete etapas.
Con este resultado -y gracias a los puntos acumulados hasta el momento- el equipo argentino, dirigido por Hernán Rouco Oliva, se aseguró un premio extra: pasa a ser uno de los cabezas de serie del próximo mundial que se llevará a cabo en Hong Kong.