Un economista entertainer es el nuevo e insospechado animador de la política local
Argentina se prepara para vivir una de las elecciones más trascendentales de su historia reciente. El próximo 22 de octubre los ciudadanos deberán elegir al presidente que gobernará el país durante los próximos cuatro años, en un contexto de crisis económica fenomenal, social, de seguridad y sanitaria. Sin embargo, lo que más llama la atención es la irrupción de una nueva fuerza política que amenaza con romper el tradicional bipartidismo que ha dominado la escena nacional desde el retorno de la democracia en 1983. Esta vez aparece una nueva fuerza: La Libertad Avanza, encabezada por Javier Milei, un economista liberal y diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires.
Milei, quien se define como un anarcocapitalista y libertario, ha logrado capitalizar el descontento y el hartazgo de una parte importante del electorado, especialmente entre los jóvenes cuentapropistas y/o con trabajos informales, que se siente defraudado por los políticos tradicionales que se han enriquecido en las últimas cuatro décadas. Con un discurso provocador, polémico y anti-sistema, Milei propone una serie de medidas radicales para revertir la situación de la Argentina, como eliminar el Banco Central, reducir el tamaño del estado y por ende el gasto público, bajar los impuestos, privatizar las empresas estatales, desregular la economía y salir del Mercosur, además de no comerciar con países comunistas como China, Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Tres candidatos en carrera
El escrutinio definitivo de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) indican que el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, alcanzó el 29,86 por ciento de los votos válidos emitidos el 13 de agosto pasado en todo el país. De acuerdo con los datos informados por la Cámara Nacional Electoral, Milei fue seguido por los postulantes de Juntos por el Cambio (Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta), que obtuvieron el 28 por ciento de los votos, y luego por los candidatos del peronismo que aparecieron con el nombre de Unión por la Patria, (Sergio Massa y Juan Grabois), que alcanzaron en conjunto el 27,28 por ciento de los sufragios.
La irrupción de Milei ha generado reacciones encontradas en el ámbito político y social. Por un lado, sus seguidores lo ven como una esperanza de cambio y como un defensor de la libertad individual frente al avance del Estado. Por otro lado, sus detractores lo acusan de ser un demagogo, un populista y un peligro para la democracia. Algunos analistas consideran que Milei representa una expresión del malestar social generado por la pandemia, la inflación, la pobreza y la corrupción, y que sus propuestas son inviables e irresponsables. Otros opinan que Milei es un fenómeno que refleja el deseo de renovación política y que sus propuestas son coherentes y valientes. Algo totalmente nuevo a lo ya conocido y fracasado.
“La presencia de Milei ha alterado el escenario electoral y ha planteado un desafío para las fuerzas tradicionales del peronismo, radicalismo y el PRO, que deberán ofrecer alternativas creíbles y atractivas para los votantes”
Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta si Milei podrá llegar al poder o no. Lo que sí es seguro es que su presencia ha alterado el escenario electoral y ha planteado un desafío para las fuerzas tradicionales del peronismo, radicalismo y el PRO, que deberán ofrecer alternativas creíbles y atractivas para los votantes. Lo que está en juego es el futuro del país y el tipo de modelo económico y social que se quiere construir. Una tercera fuerza con posibilidades ciertas de ganar es algo inédito en la historia argentina del siglo XXI, e incluso desde 1973, cuando se produjo el regreso del peronismo al poder tras 18 años de proscripción.
¿Un líder valiente o un populista desbocado?
En los últimos meses, la figura del economista Javier Milei ha cobrado una relevancia inusitada en el panorama político argentino. Su candidatura presidencial y los votos obtenidos han generado una fuerte polarización entre sus adeptos y sus detractores, que lo consideran un personaje controvertido y peligroso. Muchos afirman que Milei no está capacitado para gobernar, que carece de experiencia y de propuestas serias, y que solo busca llamar la atención con sus exabruptos y sus insultos. Esa es una afirmación temeraria de los que ni siquiera saben ver la realidad actual, según sostienen sus seguidores, que lo defienden como un líder honesto, valiente y coherente. Al respecto, los partidarios de Milei argumentan que el actual presidente Alberto Fernández demostró que tampoco está capacitado para gobernar. De hecho, este año el presidente no existe, está dibujado, porque nadie lo tiene en cuenta para nada. Es tal la invisibilidad y marginalidad del presidente en ejercicio que a esta altura del año resulta ser una figura fantasmagórica, un ex títere de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien lo impuso como candidato a dedo en las elecciones de 2019. Y la verdad es que ya que no tiene autonomía ni autoridad para gobernar. Por eso, Fernández se la pasa viajando por el mundo, defendiendo a dictaduras populistas, como lo acaba de hacer en la ONU, donde expresó su apoyo al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y al gobierno de Cuba.
“Con un discurso provocador, polémico y anti-sistema, Milei propone una serie de medidas radicales para revertir la situación de la Argentina”
Los simpatizantes de Milei contrastan la actitud de Fernández con la de su candidato, quien se muestra firme y decidido a enfrentar los problemas del país, sin miedo a las presiones ni a las consecuencias. Afirman que Milei es el único que puede sacar a Argentina de la crisis, aplicando las recetas del liberalismo económico y del anarcocapitalismo, que promueven la libertad individual, el mercado libre y el mínimo intervencionismo estatal. Consideran que Milei es el representante de una nueva generación de políticos, que no se conforma con el statu quo y que busca romper con el sistema corrupto y decadente que ha imperado en las últimas décadas.
La campaña electoral se ha vuelto cada vez más intensa y agresiva, con cruces verbales y acusaciones mutuas entre los distintos candidatos. El próximo 22 de octubre se sabrá si Milei logra convertirse en el próximo presidente de Argentina o si se queda en el camino. Lo que nadie puede negar es que su irrupción ha marcado un antes y un después en la historia política del país.¤