Periodismo y vulgaridad
Sr. Director:
El tema que voy a comentar no creo vaya a sorprender a ningún argentino. Sin embargo, no muchos se atreven a condenarlo o traerlo a la luz pública. El mismo trata sobre la grosería, vulgaridad y lugares comunes como forma de expresión en toda la prensa argentina actual, escrita, radial, televisiva, callejera, etc., la cual no tiene paralelos en ningún país de la región.
En mis años jóvenes, era impensado que un medio de difusión pudiese utilizar palabrotas y salir libremente ya sea al aire o escritas pero además, no era parte de la forma general del sentir. La gente sabía que en un teatro de revistas o una película cómica para adultos, esto si ocurría y atraía ese detalle precisamente, porque le daba algún sentido dentro de lo picaresco o burlesco.
Proferir groserías en un medio por el solo hecho de decirlas, como forma de expresión cotidiana, o peor aun, haciendo alarde de ellas como “necesarias” para sostener claramente una idea, demuestra en qué grado de involución como sociedad estamos sumergidos.
Habita allí un exponente que transita por la radio y TV argentina cuyo nombre, Baby Echecopar, quizás sea para algunos que están fuera del país ya conocido. Para los que no, sería interesante chequeen este nombre en Youtube y comprueben por ustedes mismos la forma de periodismo tan curiosa que practica a diario. Desde luego que es muy popular, ya que hace mucho lo chabacano vende, y si bien este personaje lanza muchas verdades, lamentablemente lo opaca y quita seriedad cuando en su vocabulario apela no solo a la vulgaridad, sino a la prepotente descalificación y ofensa artera de cualquiera con los que dialoga que no apoye sus ideas.
Aquella sociedad argentina que dejé alguna vez atrás, orgullosamente culta y educada, ya está desapareciendo para darle paso a esta otra de poca cuantía. Y siendo realista... no creo que regrese.
Una pregunta que formula El Suplemento siempre a sus invitados en la sección de Perfil es por qué no somos una potencia o qué necesitamos para serlo, y aunque a este servidor no se la han preguntado, me gustaría aprovechar la oportunidad para responderla de esta manera: Un país que socialmente se desvía hacia la incultura jamás se convertirá en una potencia.
RICARDO SALAZAR
Cerritos, CA
ES: Estimado Ricardo, la vulgaridad hace rato se apoderó de los medios argentinos, y muy especialmente de la televisión. Para más pruebas, vale mencionar que muchos de los programas más vistos se valen de ella para generar rating. En cuanto a Baby Echecopar, le pasamos su mensaje y dice que él no es maleducado, y que usted es un p*%^$# que no tiene un c$#*!^ que hacer y que por eso se dedica a romper las p$%#*&^. Un abrazo y gracias por escribir.
El matrimonio y la sociedad
Sr. Director:
En el Suplemento de agosto, la Lic. Gladis Moreno brindó atención a la importancia del matrimonio en el desarrollo sano de una sociedad contaminada con imperfecciones de todo orden que derivan de nuestras inseguridades personales. El “Nos reímos para no llorar” mencionado en la editorial del número pasado, resume el negativismo que nos motiva a la inactividad altruista a no hacer nada para contribuir al mejoramiento de la sociedad que nos rodea, cuya célula básica fue, es y será el matrimonio. Los padres son la mayor contribución a la selección de las amistades de sus hijos, quienes saben muy bien el resultado de la aplicación de otro dicho común: “Dime con quién andas y te diré quién eres.” Sí, la pobreza es un contribuidor importante en contra de la vigilancia paternal. La temprana educación moral con principios sólidos y buen ejemplo de los padres, contrarresta las influencias negativas exteriores a que sus hijos están expuestos, especialmente en las escuelas públicas de niños pobres. Lamentablemente, los líderes políticos y de la enseñanza carecen del patriotismo desinteresado que demanda su dedicación honesta al crecimiento sano de la sociedad a la que pertenecen. La educación sigue siendo el común denominador más importante de nuestro mejoramiento social.
Norberto C. Pautassi
Whittier, CA
ES: Estimado Norberto, como dicen por ahí, los primeros 50 años de matrimonio son siempre los más duros. Después la cosa se estabiliza. Un abrazo.
Sobre Himnos y Perfiles
Sr. Director
Sorprende leer en la página Perfil del mes pasado a la Sra. Katz mencionando su éxito profesional, diciendo que cuenta con dos títulos universitarios, que trabajó en TV, en radio, que es una exitosa contadora, escritora, consultora de empresas, etc., etc. También sorprende cuando dice que el argentino es “arrogante”, que cree que lo sabe todo, que siempre tiene razón, que culpa y no toma responsabilidad, que es egoísta y se aprovecha de los demás... Según sus propias palabras, ella dice que los argentinos “somos” así. Yo no entiendo entonces cómo con esas “cualidades” fue nombrada embajadora de la paz y tuvo tantos éxitos, no solo locales sino también internacionales. La mayoría de los argentinos somos buena gente (o al menos, como dice Borges, no somos ni buenos ni malos); es triste la calificación que nos da la Sra. Katz. Creo que debería disculparse o rectificarse.
Por otra parte, en la sección de cartas, el señor Salazar dice que lo llena de vergüenza que no se entone nuestro himno completo en los eventos deportivos. Yo creo que hay cientos de cosas más importantes para sentirse avergonzados. Los himnos no deberían mezclarse con el fútbol, ya que el deporte es confraternidad y los himnos son guerreros. El fútbol no es una cuestión de honor nacional; extraña tanta solemnidad y respeto al himno en estos tiempos que han sido tan manipulados los símbolos patrios. Creo que Salazar tuvo un ataque de patriotismo.
Por último, una vez dije que El Suple es un buen amigo, y sí que lo es, viene a visitarnos todos los meses y se queda con nosotros sin causarnos ningún gasto. Debemos ayudarlo a que esto siga así, anunciándonos, suscribiéndonos o de la forma que le parezca o pueda cada lector. La revista no es rentable, cualquiera se da cuenta de eso, y está hecha a fuerza de corazón por unos cuantos románticos (todavía quedan algunos).
Respetuosamente,
José Ruben
Woodland Hills, CA
ES: Estimado José, coincidimos (y ya lo hemos expresado en estas páginas) en que los himnos nacionales y los eventos deportivos no deberían mezclarse. También en que El Suplemento no es una publicación muy rentable; es más, lo invitamos a que pase por nuestras nuevas oficinas en Rodeo Drive de Beverly Hills para degustar con nosotros una copa de langostinos regados con un buen champagne francés y comprobarlo. Un abrazo. ¤