Argentinos Mirando Al Sur cumple dos años de vida y quiere celebrarlo junto a todos los que nos han brindado su apoyo incondicional y ya son parte integral de nuestra cadena solidaria.
Solos, no somos más que un grupo de soñadores impulsados por la ilusión de ayudar con el abastecimiento de agua potable, nutrición, salud y educación a miles de niños y familias que viven en las comunidades más carenciadas del norte argentino. Junto a ustedes, hemos logrado plasmar esos sueños en huellas de esperanza que iluminan la posibilidad de un porvenir más prometedor.
Gracias a la confianza que han depositado en nuestra misión, en el 2015 seguimos forjando vínculos de solidaridad con organizaciones hermanas en Argentina. Al igual que el año pasado, nos unimos a las campañas de prevención médica que realiza ENASHU, un grupo de Enfermería para la Asistencia Humanitaria, que recorre las comunidades originarias del Norte con el fin de promover el cuidado de la salud con el debido respeto a las culturas de sus pueblos. Colaboramos con medicamentos e insumos de primeros auxilios para su campaña al Chaco y con los gastos de transporte por tierra de dos pediatras que los acompañarán en la campaña a Formosa. Junto a nuestros hermanos de Puentes del Alma, continuamos fortaleciendo puentes para mejorar la calidad educativa de la comunidad Wichi. En esta oportunidad, colaboramos con la compra de materiales de construcción para continuar con la ampliación de un aula que logre albergar a los más de 30 niños que asisten a la escuela No. 1034 en Mira Flores, Chaco. A través de Ayuda Escuela Wichi, le enviamos a Carboncito, Salta (una población mayormente pesquera), herramientas de jardinería para crear una huerta comunitaria y enseñarle por medio de talleres educativos cómo cultivar la tierra para el consumo propio o fuente de trabajo. En Iruyá, Salta, el hospital ya cuenta con calefacción y nebulizadores, tanto en la sala de partos como en la de neonatología. A seis escuelitas de la puna jujeña, se les mandó un total de 150 frazadas para contrarrestar las temperaturas gélidas y la inclemencia de un invierno que impide que los niños regresen a dormir a sus casas. Tras las recientes inundaciones en Morón e Ituzaingó, quisimos estar presentes con la entrega de agua, detergente y lavandina para la ardua tarea de limpieza una vez que bajaron las aguas. Una labor de equipo humanitario sin fronteras logró que los vecinos regresaran a sus hogares sin el miedo a enfermedades o contaminación.
Nos llena el corazón de alegría saber que desde nuestro humilde lugar pudimos contribuir con un granito de arena para que todos estos proyectos tomaran vida. ¡Pero aún hay mucho más por hacer! Esperamos no haberlos defraudado con lo que llevamos de camino recorrido y así seguir contando con su colaboración en el futuro. Nos espera un nuevo año de proyectos y desafíos, pero nuestro espíritu solidario reafirma su compromiso de seguir mirando al Sur.